La vida social genera una serie de comportamientos entre los individuos que posibiliten la continuidad de la misma sociedad como tal y su fortalecimiento de acuerdo a sus proyectos políticos, económicos, sociales y culturales. Dichos comportamientos son regulados por las costumbres, que se van trasmitiendo a través de los propios actos de las personas o de una normatividad elaborada conscientemente por quienes han liderado y dirigido la sociedad.
El conjunto de normas y reglas de acción que constituyen la moral de una sociedad, buscan regular las relaciones entre los individuos, valorando los actos de estos como positivos o negativos, de acuerdo a criterios de bondad relacionados con la felicidad, Placer, utilidad, buena voluntad, justicia o sus contrarios.
Formación en valores como respeto, solidaridad, responsabilidad, participación democrática, convivencia pacífica, justicia, fortalecen las relaciones entre los Individuos y hacen avanzar los procesos sociales por los caminos del mejoramiento humano.